viernes, 24 de mayo de 2013

LA LUNA


 
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
 
 
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito de aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas. 

                                                 Jaime Sabines
 
Fotos sacadas desde mi terraza

 

4 comentarios:

Inmaculada Reina dijo...

Quë maravilla de poema!!

Andrea Vinci dijo...

¡lastima que no es mío!...

Pedro Rojano dijo...

La luna es el ojo por el que miran los locos. Gracias por el poema Andrea

Loli Pérez dijo...

Me encanta Sabines, gracias!!

abrazos