miércoles, 9 de mayo de 2012

SOY UN MANANTIAL


No soy un oso panda, soy un manantial.

No soy un sauce llorón, soy un manantial.

No soy una bandera comunista, ni Siddhartha Gautama, ni la ley de Heisenberg.

No soy El Grito de Munch, ni una pelusa bajo la cama, ni la Fontana di Trevi.

Soy un manantial.

No soy un puente sobre una autopista, ni la marsellesa, ni un hipocampo.

Ni campana en Notre Dame, ni sombrero Panamá, ni pluma blanca flotando en el espacio.

No soy Madame Curie, ni vértebra en la espalda, ni un agujero negro.            

Ni la torre de Pisa, ni la nariz de Cyrano, ni un tulipán azul.

Tampoco soy el color fucsia, ni El beso de la mujer araña, ni un ángulo recto.

Soy sólo un manantial, y es lo que esperan de mí:

candidez y transparencia,

volatilidad y frescura,

constancia y docilidad.

Esperan que nunca muera,

que me encamine y no pierda la fuerza,

que me escape por las manos y me deje embotellar,

que brame por las mañanas y susurre por las noches,

y que me transforme en hielo.

A veces quiero esconderme,

hacerme luz, convertirme en viaje,

pero soy un borbollón de mil palabras,

suspiro de memoria,

sinfonía desafinada,

intempestiva y voraz.

Me gustaría ensuciarme,

volverme de color negro o esconderme tras la espuma,

perder la vitalidad y ser apenas un hilo,

imperceptible,

vaporizable,

fugaz.



© Andrea Vinci




4 comentarios:

Isabel Merino González dijo...

ERes un manantial...

Loli Pérez dijo...

Hermosísimo poema, amiga manantial!

Andrea Vinci dijo...

Gracias a ambas, pero el manantial es un personaje, este es un ejercicio que tuve que escribir para uno de los talleres

Inma dijo...

Andrea, cada uno imagina los personajes como quiere...jejeje.Y tú eres un manantial.Al menos ese manantial.