viernes, 26 de abril de 2013

LECTORAS

 
Algunos somos como hormigas:
acumulamos libros en nuestra guarida,
leemos lenta y tenazmente,
y nos empeñamos en enseñar, a los que nos van a sobrevivir,
nuestra pasión.
 
 

5 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Andrea, que linda tu sobrina, fíjate que se ve muy interesada en aprender, en no perderse ni una palabra de lo que le estás contando.


abrazos

Anónimo dijo...

Como decía ese Proverbio Hindú:
"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora".
Precioso Post.
Abrazos.

Rocío Antón dijo...

Bonita imagen , amiga, un beso grande

Isabel Merino González dijo...

Yo también me empeño en enseñar, a los que me van a sobrevivir, mi pasión. Desde que eran bebés les cuento cuentos, se los leo, les muestro las letras, y cuando han empezado a reconocerlas, he sentido la mayor de las alegrías, y no sé si es egoísta o qué, pero espero que las amen tanto como yo. Igual es mi legado. Igual quiero que me recuerden cada vez que abran un libro, no sé qué es, pero quisiera haber despertado en ellos el ímpetu y el enorme disfrute de la lectura.

Inma dijo...

Tu sobrinita, qué pituca!!!
Yo también he sido y soy una embajadora de los libros para los que vienen detrás. Es estupendo ver sus caras mientras les lees o le cuentas historias, en esas edades en que no te cuestionan nada. Es tranquilizadosr verles absortos en un libro en plena adolescencia. Lo,que no tiene precio es cuando, ya mayores, leen algo tuyo y te miran con cara de descubrir quién eres y concederte tu lugar.