Aquí estoy
sin cervecita
sin espetos de sardina
sin meterme en el mar a medianoche
y saltar las olas y pedir los deseos
sin quemar las cosas viejas y «malas» de todo el
año pasado
y sin saltar sobre el fuego.
Pero igual estoy feliz
porque en esa Málaga iluminada y festiva:
¡Ha nacido Leire!