Caminata hasta el Centro Comercial.
Regreso a casa por desconocimiento de horario.
Regreso al Centro Comercial, discusión y juramento:
«Nunca más de los nunca mases te acompañaré a comprar camisas» (más
allá de la redundancia)
Ofuscamiento y decisión de regresar a casa.
Distracción en el camino: empanadas, pizza y etc.
Con la barriga llena se pasa el enojo.
Con la barriga llena se cambia de rumbo: a recorrer el Corredor
cultural del barrio.
Después a comprar libros, revistas, más libros, mermelada de
Jamaica al vino tinto y un perro salchicha que resultó más expresivo que el
enano de Amelie.
Y a ver obras de arte y descubrir rincones nuevos,
(para nosotros,
porque de nuevos no tienen nada).
Y así se pasó el día, que al final fue más largo de lo imaginable.