El fin de semana pasado: 22, 23 y 24 de agosto,
participé de unas jornadas sobre los alemanes de Rusia. No ha sido un capricho.
Mi abuela materna era de esa etnia. Tras aprender mucho sobre sus múltiples
migraciones, quise encontrar los datos de su llegada a Argentina. Sus apellidos
mal escritos y la costumbre de hacerse llamar por el segundo nombre (costumbre
que heredamos sin saberlo), no ayudaron.
Los Fogelmann-Graff (Vogelmann)
Los Vogelmann-Graff y el misterio de la cabeza cortada
A los que sí encontré fue a los malagueños y a los
sicilianos. Me saltó el corazón de alegría al ver sus nombres escritos junto a
los barcos que los trajeron de Europa.
Los españoles llegaron en el Cabo Tortosa, el 3 de septiembre de 1927, y partieron del puerto de
Málaga.
Los italianos llegaron en el Tomaso de Savaoia, desde Génova, el 20 de enero de 1911.
Abuela Rosa Di Salvo de Vinci
Abuelo Mauro Vinci
Abuelo José Borrego Sánchez
y abuela Verónica Fogelmann
Principio de siglo XX. El puerto de Buenos Aires era
un hervidero. Lenguas y músicas, y el espíritu del viajero. Eso que llevo en
mis venas.