Una ciudad que descansa sobre túneles que
son recorridos por los coches a velocidad de tren fantasma,
lunes, 22 de julio de 2013
sábado, 20 de julio de 2013
domingo, 14 de julio de 2013
RAYUELA: 50 AÑOS
(fragmento)
Es cierto: quise ser la Maga. También
quise ser Talita y
Oliveira. Quise ser Traveler. Y el
bebé Rocamadour. Quise ser Julio
Cortázar y enamorarme en París
de las palabras, (…)
Sandra Lorenzano
Manuscrito de Rayuela
«Me encantan las rayuelas. Me retrotraen
a la tiza y al terrazo en el que solía dibujarlas. Mi abuela limpiaba el suelo
antes de que me pusiese a ello. “Espera, espera”, me decía. Si no tenía
paciencia suficiente y aún estaban húmedas las lozas, la tiza dejaba un trazo
más ancho y más oscuro que se avivaba al secarse. Esa progresión de intensidad
me parecía mágica. Dibujar el diagrama formaba parte ya del juego, por
supuesto. Un juego es una iniciación, y toda iniciación requiere un tiempo:
gestos que ayuden a centrar la atención.»
Chantal Maillard
(fragmento)
De cuadrado en cuadrado,
tira la piedra y salta
hasta alcanzar el cielo.
De cuadrado en cuadrado,
dobla el compás y mira
cómo tus piernas hacen
un cuadrado redondo,
un círculo cuadrado:
Ése el cielo, que está
tan a tiro de piedra
que eres tú con tus nueve
añitos, tus dos trenzas
y tu falda manchada
con restos de merienda.
Jesús Aguado
viernes, 5 de julio de 2013
SOL DE MONTERREY
No cabe
duda: de niño,
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el niño andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
Toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
a donde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh cuánto me pesa el sol!
¡Oh cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventanas.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía,
para pegarse conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!-
Es tesoro – y no se acaba:
no se acaba – y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
Que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
Sombra, sino resolana.
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el niño andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
Toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
a donde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh cuánto me pesa el sol!
¡Oh cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventanas.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía,
para pegarse conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!-
Es tesoro – y no se acaba:
no se acaba – y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
Que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
Sombra, sino resolana.
Obras completas de Alfonso Reyes, Tomo X, p. 144-146,
Fondo de Cultura
Económica, Primera Edición. 1959.
Ilustración de Rod Hodgson
Entrada dedicada a mi sobrina que ayer cumplió tres años.
miércoles, 3 de julio de 2013
KAFKA
Hoy hubiera cumplido 130 años
Siempre viaja conmigo
«El proceso» Ed. Losada, Argentina, 1946. Primera edición
en español. (arriba-izquierda)
Su letra en el manuscrito de «El castillo»
Proteže nejsem
nic jiného než literatura ”a nic jiného také být neumím a nechci“
Kafka deníky
“I´am nothing but literature
and can and want to be nothing else.”
Kafka dairy
«No soy más que literatura y no puedo ni quiero ser
nada más.»
Diario de Kafka
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