la familia, los amigos, los domingos, las comidas,
el mar, las voces, el sol, los caminos.
Uno no es emigrante si al mirarse al espejo no
vislumbra
el dolor por debajo de la sonrisa.
El dolor como una gota que cae cada día,
que orada la memoria
de lo que quedó tan lejos.
© Andrea Vinci
11 comentarios:
Me sobrecoge esta entrada, Andrea. Dice tanto... siente tanto... te hace sentir tanto... eso es lo que logras tú cuando escribes, transmitir todo un mundo de sensaciones que te embargan. Yo también me sentí emigrante alguna vez, pero dentro de mi propia ciudad. Sé lo que significa. Aunque no a tan gran escala.
Un beso de una amiga que te echa de menos y te quiere un montón.
Isa
Gracias amiga, yo también te echo de menos
Que linda entrada primita!! emocionante hasta la piel de gallina...y muy lindo y cierto todo lo que te escribe Isa! Felicitaciones escritora!! sigo siendo una seguidora fan tuya...a la distancia....entrecortadamente...pero firme!! besosssss
gracias prima-fan
Andrea, hoy es el día internacional de la poesía, o de los poetas. Hoy es por tanto tu día, porque con tus palabras logras transmitir mucho, haces vibrar el lenguaje y los sentimientos.
Que esa nostalgia se convierta en alegría, sabiendo que te queremos mucho, aunque nos separe la enormísima distancia, estamos contigo.
Si la añoranza sirve para escribir así de bien, bue iba a decir una barbaridad, ya te puedes imaginar...
Abrazos a miles
¿Y es que vuelves a ser más poeta que cuentista? ...el dolor por debajo de la sonrisa...me parece una forma muy bella de explicar ese sentimiento.Ese es el poso que van dejando en la mirada las pérdidas, también las que lleva consigo el abandonar los lugares donde uno fue feliz.
No me gusta que tengas que pasarlo mal para escribir cosas así, pero esa debe ser una de las cosas positivas que te deja tu actual aventura.
Gracias amigas, a ver si me voy a creer lo de poeta...
No importa que estés aquí o allí. Siempre habrá primavera en ti mientras tus recuerdos perduren. Ellos te llevarán a la estacfión deseada.
Bellos sentimientos los tuyos.
Felicidades.
Mar
Gracias Mar, no sé si eres la Mar que conozco u otra Mar.
De cualquier manera gracias por tus palabras.
A veces caminando uno pierde el rumbo o el rumbo nos pierde a nosotros. En mi espalda se hallan metros, kilometros de sueños, ansia e idas y vueltas. Pero sigo camindando...
¡Enhorabuena por tu blog!
Mil gracias Anna. Estoy totalmente de acuerdo en que a veces el rumbo nos pierde, por eso hay que reorientarlo casi a diario, no vaya a ser que nos "pierda"...
Un saludo,
Andrea
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