miércoles, 16 de mayo de 2012

BIFURCACIÓN


Veo una maleta vacía y por llenar, un mapa desplegado y mi dedo que señala, al azar, un río interminable por recorrer. Y la certeza de que olvidaré la puerta que se cierra. Como una luz, más allá, están las flores que inundan los campos, las montañas por trepar, los cielos por volar. Las rejas no tienen llave ni candado. Las despedidas son como un puente. Del otro lado el desconocido, el extraño, y la voz que todo lo puede y que empuja. La maleta se llena. El plano se pliega. Los hemisferios cambian de lugar. Dónde está lo que debe estar. Dónde se encuentra. Tal vez sólo se trate de escapar de la sombra permanente, del fantasma adosado a mi costado. Tal vez sólo se trate de escapar de la mentira que todo lo abarca, del aburrimiento que produce somnolencia. Tal vez escapar, o caminar por la playa, o meterme en el mar, o enamorarme de un gigante, o sucumbir a la fiebre, o pararme frente a un cuadro y llorar, y llorar, y llorar por no estar pintada en el paisaje, por no encontrarlo. Quién tiene la culpa del camino bifurcado: Sólo la espera, en el medio.
                                                    © Andrea Vinci


3 comentarios:

Inma dijo...

Emocionante, Andrea...

Isabel Merino González dijo...

Guau... me dejas sin palabras

Andrea Vinci dijo...

Gracias amiguitas