Caminé por
esa calle que
nunca había
caminado:
angosta,
árabe, desprolija.
Me crucé con
un gato que me miró con miedo.
El Hammam
aún ofrece sus servicios
en esta
Málaga que cambia sin descanso,
que me mira
de reojo,
que me
atrapa,
que me
suelta.
2 comentarios:
Los días que caminaste por estas calles me gustaba más pasar por el centro y pensar que te vería aunque fuera de refilón desde el autobús.
Ven pronto
abrazos
Ah, me gusta esa calle...yo la paseo aunque alargue mi camino...
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