Yo por las dudas me fui de viaje y me planté en
la pirámide de Cholula,
la más grande del mundo en volumen.
Me metí en su interior y recorrí sus túneles,
«cholulié» un rato (esto es para los argentinos),
y presencié un ritual de bienvenida a la Nueva
Era.
Un ritual con música,
danza,
rezos, incienso, cantos,
encapuchados con sables,
brujo,
príncipe azteca
y una intensa fumarola del Popo.
Ni Rasputin faltó a la cita.
3 comentarios:
Eso sí que es dar la bienvenida en condiciones a la nueva era. Por fuerza, y por fortuna, te tiene que ir todo bien a partir de ahora. Fe.
ojuuuuu, Andrea...así no hay quien te alcance...si llega a ser verdad lo de los mayas seguro que ya habrías llegado al Paraíso y nosotros, desde aquí, aún iríamos por el Purgatorio o con un poco de suerte, por el Limbo...
Qué colorido Andrea, dan un poco de yuyu con esos trajes.
abrazos
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