La Navidad y
el Año Nuevo son fiestas que ya no tienen religión, ni lugar, ni frontera. Se
trata de festejar LA PAZ, aunque suene a reina de la belleza. LA PAZ que
escasea. Y LA PAZ es ese hueco que nos hacemos para dejar de molestar al
vecino, para llamar a los parientes olvidados, para esperar que en esos días no
haya bombas, ni disparos, ni misiles. Y para que los límites y las banderas (de
países, de fútbol, de religiones), flameen menos que la de LA PAZ que suena en
cada brindis. Porque con cada bandera nos separamos. Porque tu ideología y la
mía no se parecen. Porque tal vez en la puerta de tu casa haya más luces que en
la mía.
Yo levantaré
la copa a las doce de la noche. A las doce mexicana. Tú estarás al sur o al
norte, al este o al oeste. En Buenos Aires o en Málaga. En Vicenza, en el DF, en
Stratford o en Madrid, en Loja o en Rute, en Guadalajara, Nerja o Benalmádena, en
Atenas, Granada, Cerdeña, Rouen, San José o Zaragoza.
Y brindarás a
tu hora. En tu meridiano. Conmigo.
6 comentarios:
A las doce de La Coruña, brindamos, Andrea.
Un abrazo,
Allí estaré brindando, a la hora del continente. Un abrazo,
En Málaga, desde ya con la copa alzada, brindando cada día del año, pero el primero con más intensidad, por si acaso el resto.
Un beso grande.
Isa
En Málaga, desde ya con la copa alzada, brindando cada día del año, pero el primero con más intensidad, por si acaso el resto.
Un beso grande.
Isa
Gracias Isa, por partida doble
Y contigo, y con vosotros, desde Málaga y con el corazón brindaremos, os recordaremos, os echaremos de menos y os desearemos toda la felicidad el mundo, de ese mundo en paz que nombras,un enorme abrazo
Rocío
Publicar un comentario