Como decía ese Proverbio Hindú: "Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora". Precioso Post. Abrazos.
Yo también me empeño en enseñar, a los que me van a sobrevivir, mi pasión. Desde que eran bebés les cuento cuentos, se los leo, les muestro las letras, y cuando han empezado a reconocerlas, he sentido la mayor de las alegrías, y no sé si es egoísta o qué, pero espero que las amen tanto como yo. Igual es mi legado. Igual quiero que me recuerden cada vez que abran un libro, no sé qué es, pero quisiera haber despertado en ellos el ímpetu y el enorme disfrute de la lectura.
Tu sobrinita, qué pituca!!! Yo también he sido y soy una embajadora de los libros para los que vienen detrás. Es estupendo ver sus caras mientras les lees o le cuentas historias, en esas edades en que no te cuestionan nada. Es tranquilizadosr verles absortos en un libro en plena adolescencia. Lo,que no tiene precio es cuando, ya mayores, leen algo tuyo y te miran con cara de descubrir quién eres y concederte tu lugar.
5 comentarios:
Andrea, que linda tu sobrina, fíjate que se ve muy interesada en aprender, en no perderse ni una palabra de lo que le estás contando.
abrazos
Como decía ese Proverbio Hindú:
"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora".
Precioso Post.
Abrazos.
Bonita imagen , amiga, un beso grande
Yo también me empeño en enseñar, a los que me van a sobrevivir, mi pasión. Desde que eran bebés les cuento cuentos, se los leo, les muestro las letras, y cuando han empezado a reconocerlas, he sentido la mayor de las alegrías, y no sé si es egoísta o qué, pero espero que las amen tanto como yo. Igual es mi legado. Igual quiero que me recuerden cada vez que abran un libro, no sé qué es, pero quisiera haber despertado en ellos el ímpetu y el enorme disfrute de la lectura.
Tu sobrinita, qué pituca!!!
Yo también he sido y soy una embajadora de los libros para los que vienen detrás. Es estupendo ver sus caras mientras les lees o le cuentas historias, en esas edades en que no te cuestionan nada. Es tranquilizadosr verles absortos en un libro en plena adolescencia. Lo,que no tiene precio es cuando, ya mayores, leen algo tuyo y te miran con cara de descubrir quién eres y concederte tu lugar.
Publicar un comentario