CHIAPAS: VIAJE DE FIN DE AÑO

Ruinas de Palenque

 

En este viaje he dormido en la selva; me han "comido" los mosquitos y me dejaron ronchas que empeoraron al entrar al agua, porque unos pececitos de esos que comen la piel se ensañaron con mis tobillos; me he caído en unas ruinas escondidas entre la maleza, de culo, y me ha quedado un moratón azul petróleo; Migue ha perdido la Blackberry (o se la han robado) en las ruinas de Bonampak; hemos pasado la Navidad en el pueblo de Palenque en cuya plaza las pájaros cagaron sobre mi cámara réflex...; en la caminata por la selva, que duró casi 6 horas, me embarré hasta las tetas, fue como caminar sobre bosta de elefante; en las ruinas de Toniná pasé pánico al querer bajar porque la parte más alta tenía escalones tan pequeños que era casi como asomarse a un precipicio; el corazón se me fue a la garganta cuando comenzamos a navegar en el Cañón del Sumidero porque la lancha iba rapidísimo, "haciendo sapito" y se torcía hacia un lado y hacia el otro; comenzamos el año en San Cristóbal de las Casas en un bar zapatista, conmemorando los 20 años de la revolución, y saltando medio borracha en la plaza; el primero de año amanecí con resaca (culpa de los margaritas, el tequila y el vino espumoso); dormí mal casi todas las noches por las almohadas, la luz o los vecinos...; engordé de tanto dulce y carne y tortilla; discutí con Migue porque no soporta conducir en este país, y por los atascos en San Cristóbal, y porque en las estaciones de servicio no cobran con tarjeta, y porque hay días que lo pone de mal humor hasta el aire que respira..., pero a pesar de todo esto lo he pasado genial, aprendí muchas cosas, vi muchas cosas, me reí mucho y he comenzado el año saltando en el pie derecho, que es lo que tercia.