«Si el
libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo,
¿para qué leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos
felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir
nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos temer son
esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos
perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos más que a
nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de hielo que
rompa el mar congelado que tenemos dentro.»
2 comentarios:
¿Y por qué temer esos libros capaces de perturbarnos profundamente?
él prefiere esos libros aunque les tema
yo también...
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