Fue el primero en hacer un estudio antropológico
de un pueblo de campesinos.
Luego muchos lo emularon, como Oscar Lewis,
y
sacaron sus propias conjeturas.
La mayoría discreparon.
Yo llegué a Tepoztlán como turista.
En la época de Redfield no estaban Los Colorines,
ni las multitudes trepaban el Tepozteco,
ni se dejaban robar por los coatíes,
ni hacían cola para tomarse una tepoznieve,
ni había quinceañeras sacándose fotos en alguno
de sus recodos.
Aún están en pie sus nueve iglesias, con su
patronazgo y sus fiestas.
Y muchos de sus habitantes nos remontan a la época de
Redfield.
En la plaza central presencié un meeting por el rechazo a la autopista,
y me conmovió ese pueblo defendiendo su libertad
y su paz.
Esa paz que sólo se respira durante la semana,
cuando los tianguis duermen la siesta del tiempo.
5 comentarios:
Andrea, qué lugar!!! Gracias por compartirlo. No lo conocía, como tantos y tantos otros. Es bonito viajar contigo. Lo que me enseñas, no se olvida.
Gracias por entrar a visitarme.
Y cuando entras, entras... ja,ja, ja
Muy bien descrito Andrea, tanto en el texto como en las fotos. Me lo has recordado. ¡¡¡Son los mismos sitios donde estuve!!!
Lugares con historia, preciosos que conocemos gracias a tu crónica y tus fotos, gracias Andrea!!
abrazos
Gracias Pedro y Loli
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